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el futuro inquietante

La navidad

Oh! la navidad! q bonita con todas esas lucecitas, el espiritu navideño por ahí suelto (cual bestia salvaje y/o plumífera), el arbolito, el belén (hecho pizcos) los regalitos (cuando los hay). Sí, lo mejor de todo son los regalos, y el espíritu navideño de la gente. Increiblemente la gente se muestra por estas fechas amable con los demás. Por que estas son fechas de amar, ayudar, dar y recibir (tono religioso).
Sin ir más lejos, el otro día iba por la calle y un señor muy amable me pidio que le regalara mi dinero y mi movil. Yo, generoso como siempre en estas fechas, le ofrecí en lugar de lo que me había pedido un espléndido y genuino dedo corazón estirado y acompañado de un movimiento circular (que me quedó muy bien) con ambos brazos. Pero él, un alma tan caritativa como la mía, me ofreció a cambio una moderna y útil navaja de chorar. Yo le dije que no podía aceptarla, que era demasiada responsabilidad para mí y que no sabría cómo llevar tal carga. El hombre caritativo me seguía mostrando su artículo del intercambio de regalos, pero yo seguía sin tener poder mental suficiente para poder aceptar cuando, acongojantemente, ¿sabéis qué pasó? vino otro hombre con pinta aún más caritativa mostrando otra navaja de chorar (parece que ahora todo el mundo tiene una). El primer hombre caritativo le miró. Entonces se pusieron a discutir, capté algo así como que se intentaban poner de acuerdo en quién iba a ser el que me cambiase su regalo por los mios. Al final me harté de esperar y, como no se ponían de acuerdo, me llevé mis regalos a casa.
Quizás aún intentan ponerse de acuerdo.
Esta es una de esas historias de las mías que posiblemente sea verdad... o no.

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